Un Mundial de fútbol de 104 partidos desde 2026, un torneo planetario de 32 clubes: reelegido este jueves por cuatro años al frente de la FIFA, un puesto que ocupa desde 2016, el ítalo-suizo Gianni Infantino quiere inaugurar una era de superlativos, haciendo inflar las competiciones y los ingresos.
"Necesitamos más y no menos competiciones mundiales para desarrollar el fútbol", resumió el dirigente de 52 años en el 73º Congreso de la FIFA en Kigali, antes de ser reelegido por aclamación por las 211 federaciones miembro, igual que le ocurrió en su anterior reelección de 2019.
Si bien este sistema no permite contar las voces discordantes, las federaciones noruega, alemana y sueca hicieron saber que no le habían apoyado. Noruega reclama además un balance de los fallecidos en las obras del Mundial de Catar-2022 y su indemnización, aceptada por la instancia.
Pero los descontentos con Infantino no habían podido buscar una entente sobre una candidatura opositora y el que fuera hombre de confianza de Michel Platini en la UEFA (2009-2016), elegido de forma inesperada al frente de la FIFA en febrero de 2016, tras una cascada de escándalos, se aseguró quedarse en la cima del fútbol mundial al menos hasta 2027.
Si los estatutos de la organización de Zúrich prevén ahora tres mandatos de cuatro años como máximo, Infantino ya ha preparado el terreno para seguir hasta 2031, declarando a mediados de diciembre ocupar "todavía en mi primer mandato", ya que su período de 2016-2019 estaba incompleto.
El horizonte parece despejado para el jurista de cráneo liso, que afirmó este jueves que quiere "hacer del fútbol algo verdaderamente mundial", y parece buscar frenar la hegemonía deportiva y económica del fútbol europeo, gracias a los programas de desarrollo de la FIFA, dopados con ingresos crecientes.