Feligreses católicos despidieron en Bogotá y Yolombó en Antioquia al sacerdote exorcista Guillermo León Morales
El sacerdote católico Guillermo León Morales Morales falleció en Bogotá el pasado 25 de abril, su muerte inesperada originó una profunda tristeza en su familia, amigos, feligreses católicos, ancianos y en los jóvenes que se encuentran en proceso de rehabilitación.
De diversas regiones del país como Cúcuta, Bucaramanga, Cali, Tunja ,Villavicencio, Pasto, Ibague y Neiva salieron feligreses a despedir al padre Guillermo.
A través de su canal You Tube la voz del profeta en sus diversas homilías realizaba fuertes críticas al aborto, alcoholismo, drogadicción, a la clase política del país por los graves problemas de corrupción, de la injusticia social, de la falta de apoyo a los jóvenes, a los grupos armados por sus acciones violentas contra la población civil y de las diversas acciones del presidente Gustavo Petro y de su familia.
"El padre Guillermo durante 44 años de vida sacerdotal, se destacó por su excelente labor de entrega a los más necesitados en el plano material y espiritual, siempre nos decía el que no nació para servir, no sirve para vivir "dijo a RCN Radio" uno de sus seguidores católicos.
El sacerdote León Morales Morales fue el creador de la Fundación Monte Alvernía, la iniciativa surge el 29 de septiembre de 1.996 con el objetivo de ayudar a las personas más vulnerables, niños, jóvenes y ancianos, desde hace 28 años se sostiene esta obra que busca defender la dignidad humana.
Esta Fundación Monte Alvernía se concentra en cinco casas de oración y de orientación:
En Bogotá, viven entre 10 y 15 jóvenes procedentes de diversas regiones del país, allí reciben alimento, ropa y ayuda espiritual totalmente gratis, después de culminar su proceso de liberación, quienes desean continuar tienen la oportunidad de ingresar a la Universidad a través de becas que eran gestionadas por el padre Guillermo.
Mientras que en Guamal en la región del Meta, se benefician aproximadamente 30 jóvenes, allí también reciben alimento, ropa y estudio.
En San Francisco en Cundinamarca, llegan jóvenes con diversos problemas emocionales , económicos y espirituales en donde son atendidos por representantes de la Fundación , liderado por el padre Guillermo.
Mientras que en Pasto, llegan hombres y mujeres que por diversas razones de la vida, culminan en la calle, allí se les brinda orientación al igual que un techo y comida.
Igualmente en Pasto existe un hogar para los ancianos de la calle, todos los días entre 30 y 40 abuelos reciben comida totalmente gratis.
Así mismo, la Fundación cubre los gastos de los jóvenes que desean ser sacerdotes, pero no cuentan con los recursos suficientes para ingresar al seminario.
"Las obras que realizamos a través de la Fundación, son gracias al Banco de la Divina Providencia y de la ayuda de las personas de buen corazón, recuerden que el día que Dios nos llame, vamos a entregar cuentas y me pregunto usted qué ha hecho por la humanidad, va con la maleta vacía por no haber hecho nada?", decía constantemente el padre Guillermo en sus homilías.
Durante la despedida del padre, inicialmente en Bogotá dijo la señora Carolina Salazar " este padre es un santo, su entrega total nunca se cansaba en trabajar y orar, realizaba en el año cuatro congresos de formación religiosa y espiritual, antes de se Semana Santa, pentecostés, a Dios Padre, a Santísima Virgen y el de Navidad.
Carlos Poveda un joven oriundo de Boyacá viajó hasta Yolombó al sepelio del padre y dijo a RCN "vengo con gran tristeza a despedirlo era como mi padre, gracias a sus oraciones de sanación y liberación logré salir adelante, enfrentaba una enfermedad que ningún médico me curo y con la ayuda de Dios y la intervención del padre me sane".
A las eucaristías diarias que realizaba el sacerdote, acudían amas de casa, trabajadores, policías, coroneles, políticos, gremios económicos y ciudadanía en general quienes buscaban oración y sanación.
Igualmente acudían desde diversas regiones del país, también de Australia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, México, Italia y España llegaban a la casa de oración en Bogotá
"No vengan aquí a buscar solución de sus problemas, porque yo no soy un mago, primero es Dios quien tiene el poder, segundo conviértanse cuando cambien sus vidas en bien al prójimo, se arrepientan de sus pecados, Dios los escuchará y los liberará de sus males", decía el padre Guillermo.