Incauca y Postobón impulsan desarrollo productivo de familias indígenas con la siembra de mora
Postobón e Incauca, empresas de la Organización Ardila Lülle realizaron la siembra de la primera cosecha de mora para fortalecer el proyecto ‘Fortalecimiento Socioempresarial de la Organización Comunitaria y Asociativa de Productores Agrícolas’ del Resguardo indígena Nasa la Cilia la Calera, ubicado en el municipio de Miranda en el Cauca.
Según explicaron las compañías, el proyecto apoya a 36 familias indígenas conformadas por 174 personas de siete veredas de la parte alta del municipio, para que cuenten con un proyecto de vida que les ayude contrarrestar los impactos que ha tenido la economía y la estabilidad social del territorio.
Al respecto, Angélica Quiroga, directora de sostenibilidad de Incauca, mencionó que “queremos ser un ejemplo de construcción de paz y de oportunidades en los territorios donde hacemos presencia.".
Cabe resaltar que durante cerca de dos años, bajo la operación de la Fundación Codespa, se desarrollaron varias etapas para que actualmente esta iniciativa agrícola sea una realidad.
En primera instancia se sensibilizó a la comunidad y las autoridades del cabildo sobre el aporte de este proyecto para la comunidad. En esta etapa se identificaron liderazgos individuales y colectivos, se definió la estructura de gobernanza y los mecanismos de comunicación entre la comunidad y los gestores del proyecto.
En una segunda etapa se formó a los participantes en asociatividad, enfoque diferencial, productividad, sostenibilidad económica del proyecto y mecanismos para la consecución de recursos.
Luego, en una tercera etapa, se cocreó un modelo de negocio que fuera sostenible desde lo social y lo productivo, donde como resultado surge la creación del colectivo minguero Kwe´sx Kiwe Ewa, que significa “lo mejor de nuestra tierra”, orientado a compartir esfuerzos y recursos para obtener beneficios, alineados a las prácticas, costumbres y tradiciones. Esto permitió, a su vez, crear la junta directiva de la asociación de productores.
Posteriormente, se hizo un diagnóstico técnico de los predios para conocer sus condiciones y tomar decisiones sobre la siembra y producción. Esta etapa estuvo acompañada de la entrega de herramientas, insumos y semillas para el establecimiento del cultivo. Además, de la construcción de un vivero.
Adicionalmente, las empresas manifestaron que el proceso tuvo como base el conocimiento de las condiciones de vida de las familias, donde se encontró que el 89% de ellas está en condición de pobreza y tienen necesidades profundas que se originan en la falta de empleo formal, seguridad social, ingresos laborales legales y acceso a los servicios públicos.
A la fecha, Incauca y Postobón han invertido en esa iniciativa $508 millones y con la Agencia de Renovación del Territorio (ART), se gestionaron $180 millones adicionales destinados a la instalación de un distrito de riego.
En ese sentido, Postobón los vinculó al programa Hit Social Postobón, el cual apoya a más de 1.800 pequeños productores de fruta de nueve departamentos con empoderamiento, formación técnica y familiar, con la garantía de una relación comercial para la compra de la fruta.
“Los agricultores de esta asociación contarán con el respaldo del programa Hit Social, construyendo una relación de largo plazo, que les ayuda crecer y comercializar la fruta. Sin duda, con acciones de este tipo afianzamos nuestro propósito: impulsar a muchos para que vean en el campo y en el cultivo de fruta una gran oportunidad de progreso”, concluyó Catalina Echavarría, directora de la Fundación Postobón, operadora del programa Hit Social.