Robaron a menor de edad al norte de la ciudad. Le echaron escopolamina

En las últimas horas, se conoció el caso de un menor de edad que salía de su colegio hacia su casa en un bus de ciudad norte, pero esta vez, el conductor del vehículo, por ahorrarse unas cuadras, dejó al menor frente a la iglesia católica ubicada entre los barrios Café Madrid y Hamacas, lugar donde dos individuos lo escopolaminaron para robarle sus pertenencias.

David Caballero, padre del menor contó la situación en los micrófonos de la FM de RCN:

“Mi hijo como todos los días, sale del Colegio Club Unión hacia su casa, el bus pasa por el barrio Café Madrid, pero como el sector de La Cemento se está pavimentando y mi hijo iba solo en el vehículo, lo dejó en la entrada principal en la iglesia, allí dos tipos le colocan un arma blanca en el cuello y le echan esta sustancia. No se quedó donde siempre que son los apartamentos.”

El padre de la víctima logró enterarse de la situación, gracias a dos señoras que salían de la iglesia y se percataron que el menor había quedado inconsciente en el asfalto. Las dos mujeres llamaron al colegio y allí les suministraron los datos de David Caballero, papá del menor, quien llegó al Hospital Local del Norte.

El personal médico decidió trasladar al menor de edad al Hospital Universitario de Santander, ya que el menor convulsionó y se encontraba con un ritmo cardiaco muy elevado. Por el momento, los padres desconocen qué tipo de sustancia le fue suministrada, sin embargo, médicos del Hospital Local del Norte presumen que fue escopolamina.

La Policía de Infancia y Adolescencia se ha puesto en frente del caso y se encuentran acompañando a los familiares del menor de edad; están buscando evidencias con el fin de obtener más detalles para conocer el paradero de los dos delincuentes.

David Caballero, hace un llamado a los padres de familia para que estén alerta y esta experiencia no se vuelva a repetir. Replicó que a su hijo se le acercaron por robarle su teléfono, que lo había comprado recientemente con uno de sus emprendimientos y lo que llevaba en su bolsillo, cien mil pesos, también producto de la venta de tamales, labor familiar a la que se dedica los fines de semana.