Desde hace más de 8 años una figura de superhéroe ha resaltado en Bucaramanga, por su apoyo a los que no tienen, regalando combos de pan de calle en calle. Motivo que lo impulsó a inaugurar la sede que haría oficial el voluntariado que ha venido realizando.
Sin conocer su nombre, la comunidad ya identifica los poderes de Superpan, quien busca ayudar al más necesitado, multiplicando el pan y llevándolo a la mesa de aquellos que no tienen.
Justo en las fechas del Festival del Pan, cuando más de 30 panaderías trabajan en la reactivación económica de este gremio, Superpan por fin inauguró su propia empresa en el barrio de Provenza, al sur de Bucaramanga.
“Es la primera panadería en Colombia que da pan gratis a los más necesitados todos los días, con aguapanela”, aseguró el líder de esta iniciativa, quien por mucho tiempo ha mantenido en reserva su identidad para alimentar su compromiso como superhéroe.
Incluso las personas que deseen apoyar esta labor, y no necesitan de la ayuda, pueden comprar y consumir el alimento en esta tienda, con el fin de que eso en parte sea una donación para hacer realidad el sueño de Superpan.
“La fachada tiene una división, por un lado regalamos pan y en el otro lado vendemos. Básicamente comprar pan en la panadería es donar, porque de eso se trata, generar un proyecto que de autosostenibilidad para servir en masa”, afirmó el dueño del emprendimiento.
Aunque no lleva mucho de haber inaugurado este servicio, se espera que por medio del Festival del Pan se haya posicionado esta iniciativa en el mercado local.
“Puede recibir un pan un reciclador, un habitante de calle, migrantes, una familia que no tenga qué comer. Siempre va haber pan gratis en este punto. Esperamos poner sucursales en otros municipios de Santander, donde la misma comunidad va a ser beneficiada, y ayudar a otras ciudades”.
El local está ubicado en el barrio Provenza en la avenida 105, diagonal a la estación de Bomberos. Y sin embargo, Superpan indicó que seguirá en la calles, por lo que ahora habrán más opciones para ayudar a los necesitados.
Por fortuna, la voluntad de este colaborador se ha mantenido pese a los problemas con los costos de los insumos que recientemente ha afectado al gremio panadero.
“Si un bulto de harina el año pasado estaba en $97.000 pesos, este año está en $170.000 pesos. Está muy difícil la situación, pero esperamos poder sostenernos y acomodarnos a los cambios económicos, que también afectan la canasta familias de la gente”, enfatizó.