Mogotes, ubicado al sur del departamento de Santander, conocido también por ser cuna de acciones comuneras, fue fundado el 26 de junio de 1703, aunque sus primeros moradores fueron indígenas Guane , servidores del cacique Guanentá e indios que deambulaban desde Onzaga, o hacían parte de la jurisdicción de Tunja. Un lugar poco habitado, y su nombre hace alusión a una tierra de baño.
“Mon Gua Temon” en lengua Guane, significa ‘baño en el boquerón de la montaña’ y su economía se ha basado desde sus antepasados en la agricultura, el cultivo de fique, hortalizas, caña de azúcar, pero actualmente es un lugar con potencial ganadero y productor de leche y sus derivados.
Para evitar grandes recorridos para asistir a actividades religiosas, se erigió una viceparroquia de Mogotes, pues anteriormente sus habitantes debían adoctrinarse en el municipio de Chiquinquirá, en la iglesia Nuestra Señora del Rosario y en Onzaga.
Además, ciudadanos amenazaban con unirse a la villa de San Gil y Curití; entonces fue así como Cristóbal y Lucas Gualdrón un 26 de mayo de 1704 renuevan una solicitud de erección parroquial para instaurar la parroquia Santa Bárbara de Mogotes, aunque lograron que por ciertos días un sacerdote de Onzaga estuviera en Mogotes adoctrinando; sólo hasta 1722 un 24 de enero se dictó erigir la Parroquia. Lugar que pasó en el año 1776 a ser parte del cabildo de la villa de San Gil.
En 1887, se constituyó el régimen municipal de Santander y por decreto Mogotes se independizó, comenzó a ser parte de la provincia de Guanentá. En aquél entonces habitaban más de 7.000 personas.
Sin embargo lo que más llama la atención, es su historia, la que se puede apreciar entre las rocas, como en las cuevas Guacharo y Cueva Rica donde se pueden apreciar representaciones de lo que fueron nuestros ancestros.
Según expertos, son alrededor de 150 imágenes que representan animales, figuras geométricas, guerreros. Un mensaje que no ha sido descifrado pero que los turistas disfrutan por la armonía de las imágenes que están plasmadas con pintura café en las rocas gigantes.
Estos petroglifos, como son llamados los dibujos estudiados por científicos y especialistas, se encuentran en lo más alto del Cañón del Chicamocha, al parecer los dibujaron allí para emitir el mensaje de forma que perdurara por muchos años, pues este no lo borran las lluvias, están protegidos por la montaña y ubicados en lo oculto de la naturaleza.
Estas cuevas, así como sus cascadas, que emergen desde lo más alto de la montaña como: Alto del Canelo, Alto de las Flores, Alto de Gaital, Alto de los Cacaos, Cuchilla de San José, Alto de Resina, Alto de los Chicharrones y Pico de la Judía.
Se han convertido en el atractivo de los turistas, quienes desean preservar sus antepasados pues ya hay denuncias que el hombre actual ha intervenido en cuevas y lugares históricos dejando rayones en estos lugares que, se han convertido en patrimonio del municipio, Santander y el país. Es una herencia que dejaron nuestros ancestros y hoy le queda a futuras generaciones para el desarrollo de identidad.