Momentos de angustia vivieron los padres de Santiago Arrieta de 19 años de edad quien cayó de manera accidental desde un piso octavo en su edificio residencial.
Según lo que informaron desde Hospital Internacional de Colombia era que el joven en medio del desespero decidió trepar por la ventana para poder ingresar a su casa, debido a que había dejado las llaves dentro del apartamento, y en medio de su imprudencia decidió arriesgarse a cometer este hecho.
Pero con lo que no contó es que se resbala y cae accidentalmente desde una altura de 20 metros, luego fue trasladado de manera urgente al Hospital Internacional de Colombia (HIC) donde durante dos meses recibió atención médica especializada, debido a que Santiago padecía de varias fracturas y condiciones que lo debatían entre la vida y la muerte.
#Milagro l Santiago el joven de 19 años quien cayó de un octavo piso en un edificio en #Bucaramanga y afortunadamente tuvo un final feliz, vivió para contar su historia, fue atendido por médicos de @fcvcolombia Hospital Internacional de Colombia pic.twitter.com/1ZoMMRxWVo
— RCN Radio Bucaramanga (@RCNBga) April 27, 2024
Por su parte el médico Luis Alberto Salazar, coordinador médico del Instituto de Ortopedia del HIC, explicó que el joven sufrió fractura facial, maxilofacial, pélvica del libro abierto (separación de la región púbica), de cuello femoral (hueso que conecta la pierna con la pelvis), y lo más alarmante, un tromboembolismo pulmonar (condición en la cual un coágulo sanguíneo viaja a la circulación pulmonar y la obstruye con un potencial riesgo fatal).
Fueron dos meses largos en donde a Santiago le atendieron cerca de 12 especialistas médicos, además se le realizaron siete cirugías, y gracias a este trabajo constante y a la bendición de Dios, hoy se mantiene con vida.
Añadió el médico especialista Salazar, “El tromboembolismo pulmonar cobra una mortalidad aproximadamente de un 80% en la mayoría de casos. Con Santiago fue necesario instalar un filtro de vena para controlar la migración de los coágulos y evitar que la situación tuviera otro desenlace”.
Las estadísticas revelan que, menos del 10% de las personas que sufren un accidente de este tipo logran sobrevivir, y en muchos casos, las secuelas limitan la capacidad de llevar una vida plena y productiva.