Al recurrir ante la justicia su exclusión de las competiciones continentales, la Federación Rusa de Fútbol destapa las contradicciones del deporte mundial, entre su defensa de los derechos humanos y su negativa a renunciar a su neutralidad política.
¿Puede aún Rusia reintegrarse en el fútbol europeo a tiempo para seguir en la carrera mundialista? ¿Va a depender ahora el acceso de los deportistas a las competiciones internacionales de lo que hagan sus gobiernos?
En protesta por la cascada de sanciones contra el deporte ruso, la Federación Rusa de Fútbol (FUR) presentó el martes un recurso ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) para anular la exclusión de los clubes y de la selección de las competiciones de la UEFA y la FIFA.
Antes de que el tribunal deportivo de Lausana decida sobre el fondo del asunto, la FUR reclamó la suspensión de las sanciones, es decir, que se deje a la selección masculina jugar el repechaje para la clasificación al Mundial de Catar-2022 y a la femenina disputar la Eurocopa prevista el próximo verano (boreal) en Inglaterra.
En opinión de los juristas consultados, el suspense en real: la FUR puede apelar al "perjuicio irreparable" que sufriría la 'Sbornaya', cuartofinalista en el Mundial que organizó en 2018, si no puede luchar en el campo por estar en la cita catarí (del 21 de noviembre al 18 de diciembre).
Pero el TAS debe igualmente "sopesar los intereses de las partes", es decir, tener en cuenta la situación inextricable en la que se encuentra la FIFA, recuerda Antoine Duval, especialista de derecho europeo del deporte en el Instituto Asser de La Haya.
Como Polonia y numerosas federaciones europeas rechazan enfrentarse a los rusos, la instancia se enfrenta "a la amenaza de un boicot" que fragilizaría su competición reina, destaca el especialista.
La FIFA decidió el martes por la noche, sin esperar a las medidas provisionales del TAS y a riesgo de ser desautorizada, clasificar directamente a Polonia para la final de la repesca europea.
Aunque las instancias se han abstenido de justificar públicamente sus sanciones, la UEFA destacó, en una carta a sus federaciones, sus "serias preocupaciones sobre la capacidad de garantizar la seguridad de todos" como consecuencia de la hostilidad a los rusos de algunas federaciones y de la opinión pública, así como al cierre de los espacios aéreos.