Un sueño postergado. Eso fue lo que cumplieron Jeimy Toledo Chica y Luciana Andrea Castro Quiñonez, junto a otras siete personas transgénero que, el pasado 24 de junio, recibieron con mucha felicidad y orgullo su título de bachiller de los colegios Panamericano IED y Gerardo Paredes de Bogotá. Para ellas es un paso más para ser reconocidas por la sociedad.
Jeimy es una bogotana de 49 años que se describe como una luchadora y guerrera. Cuenta que a los 12 años empezó su transición a ser mujer. “Desde muy niña me sentí mujer y empecé mi cambio”.
Como les pasa a varias de ellas y ellos, el primer rechazó lo recibió de su familia. Ella no fue capaz de contarle a su madre. “Nunca me vio vestida de mujer, ella fue mi centro y mi todo, hasta que murió, en ese momento abandoné mis estudios porque ya no tuve más el apoyo que necesité”.
Gracias a sus ganas de salir adelante se hizo estilista profesional, actividad que ha desarrollado la mayor parte de su vida. Sin embargo, al empezar la pandemia, su trabajo se dificultó y se dedicó al cuidado de niños. “No todo el mundo tiene el carisma para hacerlo, y me he dado cuenta que yo lo tengo, me ha ido muy bien y he ganado la confianza de las familias”.
Luciana nació en La Tebaida (Quindío), pero vivió la mayor parte de su vida en Cali. Con una alegría contagiosa, como ratifica su profesor Cristian Rentería, a sus 33 años relata que siendo niña quería ser mujer. Siempre ha sido muy delicada, pero hasta hace un año, al llegar a Bogotá, tomó la decisión radical de vestirse totalmente como mujer; antes era un poco más discreta, se dejaba el cabello largo y se ponía una blusa apretada con pantalón y zapatos de hombre.
En su estancia en Bogotá, se ha dedicado a cantar en el servicio público y así se ha ganado la vida. Se declara “una mujer trans ‘berraca’ y echada pa' adelante”. Ahora que ya recibió su diploma de bachiller del colegio Panamericano quiere trabajar en algo relacionado con servicio al cliente y estudiar Hotelería y Turismo u organización de eventos.
Cuenta que dejó de estudiar a causa de pandemia estando en 10º grado. Su pareja la convenció de terminar el bachillerato y así lo hizo. “Como mujer trans, estudiar es un logro de vida que se hizo realidad junto a otras mujeres de mí misma orientación sexual. Este paso me genera muchas ganas de seguir adelante y creo que otras mujeres transgénero se pueden animar al ver mi logro y hacerlo”.
Pero hubo una motivación más en la vida de ella y fue su deseo de demostrarle a su familia que es una persona útil para la sociedad, frente al reproche de que no iba a “servir para nada”.
En el caso de Jeimy, la decisión por acabar el bachillerato que había abandonado estando en 10º, hace 30 años, fue gracias a un amigo que le contó de las estrategias flexibles que ofrece el Distrito para graduarse de bachiller. Así se interesó y tomó la decisión de volver al colegio.
Bajo esta modalidad, en este momento los docentes de los colegios del Distrito se acercan a los CAIDSG de Teusaquillo, Suba y Mártires para impartir sus clases, las cuáles se acomodan a las necesidades de las y los estudiantes.
Con un brillo muy especial en sus ojos y una gran sonrisa al recibir su título del colegio Panamericano, Jeimy Toledo expresó que “luego de 30 años tener este logro es muy gratificante, me siento muy orgullosa de haber sacado esto adelante y sobre todo que nos van a dar un lugar en la sociedad y nos van a ver de otra manera”. Añadió que si con esto las barreras para ella se acaban quisiera estudiar Medicina o ser Enfermera Jefe.
En su caso la alegría fue doble porque no solo recibió el diploma de bachiller sino también fue exaltada con el reconocimiento de ‘Excelencia académica’ que otorga el colegio a la o el mejor bachiller de la promoción.
“Yo le dediqué mucho a esto porque quería sacarlo adelante, también quería que la familia que me apoya (cuñada y sobrina), se sienta orgullosa de mí y que vean que como mujer trans valgo mucho”, concluye la orgullosa bachiller.
*Con información de la Secretaría de Educación