Hace un mes que en Toledo, Norte de Santander, sus habitantes sufren el rigor de una ola invernal que ha causado duras afectaciones en vías, acueductos, infraestructura y cultivos.
En las últimas horas, las lluvias no cesan, lo que provoca que las remociones en masa que se están registrando en varios sectores se aceleren. Ya la Alcaldía inició trabajos de excavación en la vereda Hatos, para mitigar la amenaza de riesgo en esta zona.
De igual forma, la secretaria de Gestión del Riesgo de esta población, Yorley Carrillo, ha dicho que después de tres días, y gracias a que mejoró un poco la condición climática en la zona, pudieron ser rescatados tres de los cinco heridos que dejó la explosión de un gasoducto.
Estas personas fueron sacadas de la zona y llevadas en helicóptero a la ciudad de Bucaramanga, gracias al apoyo que brindó Ecopetrol.
El alcalde de Toledo, Víctor Gamboa, ha dicho que “estamos recibiendo reporte de una remoción en masa, en el sector de Sarare, que comprende los corregimientos de Samoré y Gibraltar, exactamente en la vereda de Troya, es una remoción de tierra de más de 100 hectáreas”.
De otra parte, ha dicho el mandatario que la escuela de esta vereda colapsó y que se tiene reporte que las remociones que se presentan representa un riesgo de que otras escuelas se caigan.
“Existe la preocupación de que dos o tres escuelas más sean destruidas, un grupo de 22 familias han tenido que salir de la zona, existe la amenaza de que se vea también afectada la infraestructura del gasoducto de nuevo, pero también se corre el riesgo con el oleoducto que pasa por esta zona y con las torres de energía que se encuentran allí”, agregó Víctor Gamboa.
Finalmente, la empresa Cenit, filial de Ecopetrol, ha informado que su personal no ha podido llegar hasta la zona donde se vio afectado el tubo del oleoducto Caño Limón Coveñas, y por ende continúan con el plan de contingencia para evitar una tragedia ambiental.