Conforme a las denuncias de los internos de la Cárcel de Máxima Seguridad de Palogordo de Girón (Santander) aumenta la preocupación en cuánto la sanidad del centro penitenciario.
Desde la cárcel los internos manifestaron que ya son demasiados los tubos que se han reventado, dejándolos sin agua, desde hace varios meses.
“Hay 8 tubo en esta situación. No nos están suministrando el agua suficiente. La falta de aseo en los baños ha desatado malos olores en los comedores. No podemos asistir al salón de clases porque tiene humedad y goteras”, expresó uno de los internos.
El mantenimiento de la cárcel del área metropolitana es una hecho que no ha sido acogido por parte de la administración del penitenciario, así lo indicó el recluso. Además se han registrado otras fallas en el suministro de medicamentos y alimentos.
“También tenemos que el área de sanidad no nos está suministrando medicamentos. Además dentro de la cárcel no nos venden útiles de aseo, las comidas para la visita las venden muy caras y mal arregladas”, denunciaron.
Por su parte, Hernando Mantilla, veedor de los derechos carcelarios de los internos en Santander, aseguró que esta situación de abandono se está saliendo de control, teniendo en cuenta que la cárcel de Palogordo de Girón ya está próxima a cumplir dos años de ser inaugurada.
“Esa cárcel fue creada con 752 cupos, en este momento solo tienen 200 en uso y mal ocupados, porque obviamente no tienen las condiciones de habitabilidad y sobre todo una cárcel de mediana y máxima seguridad. Entonces los 552 cupos restantes servirían para solucionar el problema de hacinamiento en las estaciones de Policía, pero ha sido imposible porque esa cárcel no sirve para nada desde que se inauguró hace 18 meses”, comentó el abogado.
Con la denuncia, tanto los reclusos como el veedor le piden a los entes de control visitar el centro penitenciario y verificar la emergencia de sanidad que se está presentando, además de vulnerar los derechos de los reclusos, por la falta de espacio para realizar sus actividades de estudio o deportivas; a causa de humedades y los malos olores que se registran en los dos patios de la cárcel y el comedor.