A siete ascendió el número de personas quemadas con pólvora en Santander en la Noche de las Velitas
Una alerta lanzó la Secretaría de Salud de Santander ante los 7 casos de personas quemadas con pólvora que se presentaron en Santander durante la Noche de las Velitas y la celebración de la Inmaculada Concepción.
El secretario de Salud de Santander, Edwin Antonio Prada Ramírez, alertó sobre los primeros siete casos de personas lesionadas por el uso indebido de pólvora en los municipios de Piedecuesta, Floridablanca, Bucaramanga, Socorro y Coromoro.
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Esta situación genera preocupación en medio de las festividades decembrinas, aspecto que deja en evidencia la necesidad de reforzar campañas preventivas y concientización ciudadana.
De acuerdo con el reporte de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud, los afectados incluyen tres infantes, un adolescente y dos adultos hombres, además de una mujer adulta. Cuatro de ellos sufrieron quemaduras de segundo grado, uno presenta heridas de tercer grado y otro de primer grado. El caso restante sigue bajo observación médica.
Los artefactos pirotécnicos involucrados son en su mayoría “totes”, además de voladores, cohetes y otros dispositivos peligrosos.
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El funcionario indicó que la distribución de casos por municipio es así:
Piedecuesta: 2 lesionados.
Floridablanca: 2 lesionados.
Bucaramanga, Socorro y Coromoro: 1 caso en cada localidad.
Es un panorama grave y preocupante, afirmó el secretario de Salud quien hizo un nuevo llamado a la comunidad:
“Cada caso de quemados por pólvora representa una tragedia personal y familiar. Además de las secuelas físicas como cicatrices o discapacidades permanentes, existen graves impactos emocionales y económicos. Como sociedad, debemos actuar con responsabilidad para prevenir más incidentes”, puntualizó.
El funcionario hizo nuevas recomendaciones que no sobran para este tipo de casos.
La primera de ellas está relacionada con la manipulación de la pólvora, la cual deben hacer personas expertas que conozcan del manejo.
A los adultos primordialmente que protejan a los niños adolescentes, para que no manipulen pólvora bajo circunstancia alguna.