¡Siguen sin aparecer! Las campanas de la iglesia en Curití que se robaron, la comunidad ofrece recompensa
Luego de tres semanas de no saber nada sobre el hurto de las campanas de la Iglesia en Curití de la vereda El Uvo, sus habitantes decidieron recolectar dinero para pagar una recompensa que sirva para dar con la ubicación de estos elementos que tienen un significado importante para toda la comunidad.
Los pobladores siguen sin entender como hicieron los delincuentes para mover las campanas de la iglesia que están ubicadas en la parte superior del templo y que pesan un poco menos de una tonelada.
Por su parte Pedro Antonio correa, residente de la vereda El Uvo señaló “nosotros estuvimos en una misa el día domingo y de manera concertada decidimos que vamos a entregar un millón de pesos para quien nos entregue información sobre las campanas de la Iglesia, que hacen falta, porque hasta el momento no hemos tenido información del paradero de las mismas”.
Añadió el poblador, “en el sector nadie ha dicho nada, pues porque la gente es muy trabajadora y católica, pero no sabemos en realidad quien lo hizo, es más no nos explicamos si se entraron por el techo y se las sacaron, o si de pronto participaron varias personas para retirarlas del lugar, porque sabemos que siempre pesan, son elementos que tienen un significado sagrado para la Iglesia y para la comunidad y estamos pidiendo que nos las devuelvan”.
Desde el momento en el que sucedieron los hechos, la policía comenzó una investigación para dar con las campanas de la iglesia, pero se desconocen por el momento quien se las llevó, o en que lugar se encuentran.
“Son cosas sagradas, únicas, porque uno cree que uno tiene su corazón, las personas deben actuar de manera correcta, porque la verdad la comunidad está muy sentida con esta situación, hemos trabajado mucho para construir y mantener la iglesia arreglada, se adquirió el lote, se construyó con mucho esfuerzo y se adecuaron las campanas para que nos las roben, entonces esas cosas no son de Dios” añadió el poblador de Curití.
Los mismos habitantes han ido a revisar a los sitios donde compran y venden chatarra o los denominados "trastes usados" y no han logrado ubicar las campanas.